domingo, 10 de agosto de 2014

LAS MENTIRAS DE HORACIO CARTES EN SU DISCURSO AL ASUMIR EL GOBIERNO...

CUÁNTA MENTIRA NOS HA DICHO HORACIO CARTES EN ESTE DISCURSO, HACE UN AÑO...!!! SE HA OLVIDADO DE TODO...!.. HOY A LOS UN AÑO A MI ME RESULTA OFENSIVO...!...QUE HARTA ESTOY DE TODAS LAS MENTIRAS QUE NOS DICEN LOS POLÍTICOS...AYEPA ÑANDE TAVY...! Y NOS EMOCIONAMOS..Y LES CREEMOS...! HOY ANTES DE LOS UN AÑO TENEMOS LA DEUDA EXTERNA MAYOR...! Y LO PEOR DE TODO ES QUE ESTE GOBIERNO AYUDA A SUS AMIGOS LOS EMPRESARIOS..Y EL PUEBLO NUEVAMENTE POSTERGADO...!....

No nos marcaran la agenda.....y el EPP le sigue marcando la agenda..., 1.300 MILLONES MENSUALES EL GOBIERNO DESEMBOLSA PARA LA CAPTURA DE LOS 20 GATOS QUE FORMAN EL DICHOSO GRUPO CRIMINAL EPP, Y HASTA LA FECHA NO HAY NADA FAVORABLE..., los empresarios del transporte son beneficiado con miles de dolares...!!!...la salud y la educación en deplorable estado...! 

LES PRESENTO EL OFENSIVO DISCURSO...!!!


Discurso del Presidente de la República Don Horacio Cartes tras asumir el Mando Presidencial


Discurso del Presidente de la República, Don Horacio Cartes, tras asumir el Mando Presidencial, en la explanada Litoral del Palacio de Gobierno.

Asunción , 15 de agosto de 2013
Así, como hace 476 años, lo hicieron nuestros fundadores al establecer esta ciudad, Madre de Ciudades, en esta mañana luminosa de Asunción, invoco a Dios, le imploro como Presidente de la República que me dé sabiduría, prudencia, fortaleza y justicia para cumplir mis deberes de servir al noble pueblo paraguayo. Pido a Nuestra Señora de Caacupé y de la Asunción, interceder para que sobre sectarismo alguno entregue yo toda mi capacidad y toda mi energía al bien común.
Agradezco a mis padres, cuya fuente me une tan indisolublemente a esta bendita tierra, quienes me dieron la vida, la educación y el bienestar, me formaron en el valor sagrado del amor a la Patria.

No estoy en política para cuidar una carrera, ni enriquecer un patrimonio; estoy en política para servir a mi pueblo, estoy para mejorar el futuro de las nuevas generaciones y atesorar en la memoria y el corazón de todos los paraguayos nuestra identidad, como pueblo libre, independiente y soberano.


Agradezco al pueblo paraguayo que me ha convertido en su Presidente; ese honor, solamente puede ser retribuido con una gran gestión de Gobierno que hace mucho tiempo la gente espera. Con Gobierno patriota, honrado, capaz, eficiente, incluyente, con la determinación necesaria para impulsar al Paraguay a las vías de desarrollo, tal como soñaron los Padres de la Patria.


La democracia es un medio, el fin es el bien común, proclamamos nuestra democracia, pero sobre todo llenémosla de contenido.


¿Podemos acaso estar orgulloso de nuestra democracia, sigue habiendo la misma o mayor cantidad de pobres en nuestra Patria? ¿Podemos gritar con orgullo que porque estamos en la democracia, si no somos capaces de dar oportunidad de trabajo digno a nuestra gente?


Ponderamos la democracia, nos jugamos por la libertad, exigimos justicia para todos, pero fundamentalmente tenemos el compromiso de hacer que cada uno de los habitantes del Paraguay tenga las mismas oportunidades de trabajo, de educación, de salud y de seguridad. Que haya pan y trabajo en cada hogar paraguayo. Llenemos, pues, de contenido nuestra democracia, inspirado en el permiso de darle rostro humano.


Fui electo para la Primera Magistratura como candidato de mi querido Partido Colorado. Les aseguro que interpretando sus postulados patrióticos, la auténtica doctrina republicana, habré de gobernar para todos los habitantes del Paraguay, sin discriminaciones, la Patria está en primer lugar.


Permítame citar a uno de los más ilustres paraguayos: el Gral. Bernardino Caballero, quien, para servir a la Patria en sus momentos más difíciles de su reconstrucción, dijo: “Creo, que para emprender esta labor común, se hace necesario el concurso de todos los paraguayos, cualesquiera sean sus opiniones, contribuyendo con sus luces y patriotismo al afianzamiento de nuestras instituciones y al desenvolvimiento de las autoridades nacionales”.


En este sentido, mi Gobierno no hace ni hará exclusión de personas, solo exigirá para los destinos públicos la mayor suma posible de idoneidad y siempre una acabada y cumplida integridad, convencido que solo con las virtudes pueden fundarse repúblicas y formar grandes y gloriosas naciones, dignas de ocupar un puesto en el concurso de los pueblos libres y civilizados.


El 21 de abril, vivimos una ejemplar gesta cívica en el país, una victoria de la democracia y de todo el pueblo paraguayo. El proceso electoral se cumplió íntegramente con la participación, sin restricciones para todos los partidos y movimientos políticos. Misiones electorales de todo el mundo, sin precedentes, le dedicaron la normalidad, la legalidad y legitimidad de los comicios. La Justicia Electoral organizó y legalizó elecciones transparentes; y hoy, con este acto, se realiza  el traspaso del Poder Ejecutivo de un signo político a otro distinto por vía democrática, por segunda vez y de manera consecutiva en toda la historia de nuestra Patria.

La prolongada transición a la democracia ha concluido en el Paraguay, y con ella la posibilidad de utilizarla como pretexto para postergaciones. El proceso electoral ha demostrado que vivimos en una democracia plena. Soy conciente, no solo de la alta responsabilidad que asumo, sino también de la gran expectativa y diría, incluso, la esperanza que genera la llegada de nuestra Presidencia de la República que se da en un momento crucial de nuestra historia.

Muchos dolores  y muchas tragedias podemos recordar, pero prefiero mirar hacia delante y ver el lado positivo de la esperanza. Yo, me uno a esa esperanza porque sé el país que tenemos.


Recorriendo el mundo, me di cuenta que Paraguay tiene todo lo más preciado, tenemos lo que el mundo quiere, agua potable, más de 90 ría, energía limpia, renovable, las mejores tierras cultivables; lo único que os falta, y debemos reconocer, son medios económicos para desarrollar nuestras riquezas, pero tenemos lo más preciado: Nuestra gente, las mujeres y hombres paraguayos. Y que lo único que nos piden es oportunidad, en todos los sentidos.


Paraguay, territorialmente es mucho más grande que muchos países de Europa. Nosotros no tenemos problemas climatológicos; no tenemos nieve, no tenemos huracanes, terremotos ni tsunami; tenemos más de 4 mil kilómetros cuadrados, donde más del 90% de nuestras tierras son cultivables, tierras aptas para producir alimentos de alta calidad. Paraguay tiene lo que otros necesitan. Estas son partes de nuestra fortaleza, y por lo tanto, nuestra oportunidad.


Alguien me dijo que tocó el fondo de mi corazón, Paraguay es el tesoro mejor guardado de América Latina. Sin embargo, somos tan orgullosos de nuestro país por nuestras riquezas naturales, debemos cuidarlas, no podemos seguir contaminando nuestras aguas, no podemos seguir deforestando sin control, el mundo nos exige un cuidado del medioambiente y el Paraguay nos pide a gritos ese cuidado, el medioambiente nos exige que cuidemos nuestros recursos naturales, pero entre todos.


Además, que como dignidad como Nación, me interesa concretamente la dignidad de nuestra gente, no podemos reducir el concepto de dignidad a nuestros derechos como nación soberana, la dignidad que pretendo exaltar es el conjunto de factores, espirituales y materiales, que hacen posible una mejor calidad de vida de  todos los habitantes de la República.


Me resisto a tolerar que se proclame dignidad, mientras tengamos los índices de pobreza que tenemos y mientras tantos paraguayos sigan emigrando en busca de mejor futuro en otras tierras, dejando tantas familias desintegradas que espero, pronto, vuelvan a unirse.


Si dentro de 5 años, Dios mediante, al concluir el mandato que hoy se inicia, no hemos reducido sustancialmente la pobreza en el Paraguay, serán estériles todas las obras que habremos realizado. Por eso, reitero en este solemne acto, que nuestra obsesión es ganar cada batalla de la guerra que hoy declaramos a la pobreza en el Paraguay.


Es impresionante la cantidad de dinero público que se ha utilizado, supuestamente, en la lucha contra la  pobreza y a favor de los pueblos originarios, sin resultados visibles. Nosotros, no llegamos al Gobierno para prolongar los fracasos, menos aún para seguir defraudando las expectativas.


El que desea adueñarse de las cosas públicas, sea por la vía que fuere no contará con la complacencia o la complicidad del Jefe de Estado. Esa es la diferencia que marcaré desde la Presidencia de la República. Una nueva realidad empieza a instalarse en el Paraguay, la de  un país que toma el rumbo de su tan ansiada grandeza. Inicia un proceso, en el que todos los ciudadanos caminaremos hacia la cumbre de la prosperidad, el bienestar y la justicia.


El Paraguay renace para cumplir su sueño de progreso; de ahí, mi compromiso para promover la justicia y la solidaridad, es absoluto. No es una cuestión de dignidad nacional y personal, la dignidad de quien tiene menos, pero que tiene todo el derecho de realizarse plenamente como persona.


He percibido, recorriendo el país que el pueblo paraguayo está esperando un gran Gobierno desde hace mucho tiempo, y haremos posible  ese gran Gobierno cuando ese dinero público llegue a la clase más humilde, a la gente que vive en la pobreza, compartiendo con los más humildes y escuchando sus inquietudes, entendí que la gente ni quiere ni pide limosna. Mi Gobierno está comprometido a generar nuevas oportunidades a la gente, con énfasis en la justicia social.


Nuestro propósito es alentar y garantizar la inversión, tanto nacional como extranjera, y para ello, requerimos seguridad ciudadana y seguridad jurídica.


El mundo ve hoy al Paraguay como un país de oportunidades y nosotros debemos ser capaces de agregar los valores de la seriedad y la previsibilidad. Muchas cosas van a venir del exterior, van a venir inversiones, conocimientos, tecnología, pero los paraguayos debemos entender que hay cosas que no pueden venir de afuera: ser un país serio, creíble y previsible.


Nadie, nadie puede hacer ese trabajo que nosotros mismos, los paraguayos; y me comprometo a dar el ejemplo desde el Gobierno.


Así como queremos, la cercanía solidaria entre los paraguayos, también anhelamos las más fructíferas relaciones con los países vecinos y con todos los Estados con los cuales mantenemos relaciones diplomáticas.


Nos anima la franca predisposición de mantener y acrecentar las cordiales y fecundas relaciones bilaterales, antes que agravar diferencias coyunturales, pretendemos que nos acerquen el entendimiento y la cooperación y la complementación que mutuamente podemos incrementar.


En los ámbitos multilaterales, apostamos al fortalecimiento de los organismos subregionales, regionales y mundiales, participamos y participaremos en estos organismos para consolidar la democracia, fomentar la integración y la cooperación y la vigencia de los Derechos Humanos.


Quiero resaltar especialmente la presencia de dos distinguidas damas, la Presidente de Argentina y la Presidenta de Brasil. Y agradecer las recientes iniciativas que han tomado para construir relaciones prósperas y positivas en beneficio de nuestros pueblos.


También agradezco la presencia de los presidentes de los países hermanos, de Chile, Uruguay, Perú, la República de Taiwán, con quienes estamos decididos a profundizar e incrementar nuestras relaciones. Los presidentes y presidentas somos pasajeros, pero son nuestros países y sus pueblos los que perduran siempre en la hermandad y progreso.


Las futuras generaciones no nos recordarán por nuestras diferencias, sino por nuestros esfuerzos, coincidencias y compromisos para lograr el objetivo común de desarrollo y justicia social de nuestros pueblos.


Muchos hemos hablado de la seguridad, salud y educación durante la campaña. Hoy, como Presidente, asumo el compromiso, como nunca antes me van a ver a mí y a mi equipo de Gobierno trabajando y luchando para honrar esa enorme deuda que tenemos con nuestros jóvenes, jóvenes con acceso a la salud, jóvenes con acceso a la educación, y por sobre todas las cosas, jóvenes con oportunidades. Mantengamos la unidad de nuestras familias, brindándoles toda la oportunidad a los jóvenes, pero en su propio país.


Jóvenes de mi Patria, ya no les puedo pedir paciencia, les pido sana rebeldía; y como dijera el Papa Francisco: Si este Presidente no cumple sus expectativas, hagan lío, hagan lío. Ustedes no son el futuro, ustedes son el presente, y nosotros tenemos la obligación de prepararlos adecuadamente para el mundo globalizado y de alta competitividad en que vivimos. Ustedes, los jóvenes, son nuestra mayor riqueza, son los protagonistas esenciales del Nuevo Rumbo del Paraguay. Su sana rebeldía será siempre un estímulo para mi Gobierno.


Cuando pienso en salud, la primera imagen que viene a mi mente es la de aquellos compatriotas que nunca han tenido acceso a una atención médica en su vida, atención a la salud debe estar a alcance de todos. No podemos permitir que las mujeres no tengan acceso a chequeos de rutina, que madres sigan muriendo durante el parto, o que niños padezcan por causa de enfermedades que son prevenibles. Y en este Gobierno, pondremos programas de salud pública preventiva.


Mi compromiso, como Presidente, es luchar para que la salud llegue a cada uno de ustedes. A los que tienen más edad, tendrán la atención a la salud que se merecen. La tercera edad dejará de ser solamente homenaje poético, nuestros adultos tendrán siempre merecida atención en mi Gobierno. La tercera edad es una materia pendiente del Gobierno.


En estos 3 años y medio de campaña, si algo hacía tocar mi corazón y me echaba lágrimas eran las personas de la tercera edad, que pareciera que aparentemente no tenían derecho a tener esperanza, se acercaban, me daban la mano, me daban besos, me daban su abrazo porque seguían y siguen manteniendo la esperanza e días mejores. Yo les quiero devolver la esperanza de días mejores.


Saludos, con especial consideración a la digna Mujer Paraguaya. A la digna Mujer Paraguaya, con tradición de heroísmo y sacrificio, y cuyos derechos y oportunidades tendrán especial atención en mi Gobierno. Quién paraguayo no se sintió emocionado al escuchar las palabras del Papa Francisco, cuando decía que la Mujer Paraguaya es la más gloriosa en toda América Latina ¡Salud y felicidades, Mujer Paraguaya!


Todos los paraguayos hemos escuchado que niños y niñas de las calles hacen parte del paisaje paraguayo. Quiero contestarles. Que nosotros, eso, no lo vamos a aceptar. Esos niños y niñas serán nuestra mayor preocupación. Entre todos, poniendo corazón y bandera paraguaya, los trataremos con amor y responsabilidad para que muy pronto dejen de ser visto como parte del paisaje de nuestra nación, son y serán parte de nuestra esperanza.


El trabajo y la seguridad son caras de una misma moneda. Donde hay trabajo, disminuye la inseguridad. Prueba de eso, tenemos que en barrios marginales, en donde se ha instalado la oportunidad de trabajo digno, los índices de inseguridad y de criminalidad han bajado, inclusive, hasta un 80%. Debemos aumentar nuestro desarrollo económico. Para ello, debemos de enfocarnos en la generación de empleo, la estabilidad económica, e funcionamiento del mercado y la sostenibilidad del sector público.


No obstante, seremos implacables en restablecer el orden y la presencia del Estado en toda la República. Puedo asegurarles que no nos van a marcar la hoja de ruta, ni criminales ni grupos armados en un país, donde sabemos muy bien que el Estado de Derecho y la Justicia serán ofrecidos a todos los habitantes de nuestro país.


Hay mucho más que decir, pero este mensaje es solamente el arranque de un Gobierno de hechos y no de palabras. Soy hombre de trabajo y de cumplir mis compromisos, asumo con humildad, en este acto, la más alta dignidad de la República, y como ya la expresé en ocasión de mi proclamación el 10 de mayo pasado, espero estar a la altura de a esperanza de quienes votaron mi candidatura.


Soñando por un futuro mejor para el Paraguay, poner el máximo empeño también en ganarme la confianza y en honrar otras candidaturas. En ese instante consagratorio de mi vida, mi pensamiento mueve hacia el recuerdo querido de mi padre, quien desde el balcón de la Eternidad, en el rincón de las almas buenas, me acompaña en este acto.


Tengo la felicidad de recibir todos los días la bendición de mi madre, el cariño de mis hijos, el afecto de mis hermanos, de toda mi familia que ha comprendido mi decisión de consagrarme plenamente al servicio de nuestra Patria.


En la actuación que pongo en el cumplimiento de esta gran responsabilidad, podré, sin dudas, cometer errores. Pero les prometo, mi más grande esfuerzo, con la idea fija de instalar el imperio de la ley, la seguridad, el desarrollo económico con justicia sociales democracia y con libertad para todos los compatriotas.


Compatriotas, la jornada que hoy nos espera son de trabajo, eficiencia, compromiso y creatividad. Hoy iniciamos la gran labor de construir un país con armonía, progreso y bienestar. La prosperidad, el desarrollo y la justicia son bienes innegociables, pero yo no avanzaré un paso, necesitaré del concurso de todos los paraguayos y paraguayas. Este será el Gobierno de las oportunidades para todos.


Conciudadanos y conciudadanas, jóvenes y personas de la tercera edad y de todas las edades, juntos edificaremos la gran y próspera nación que nos merecemos. Gracias por su confianza.


Pido a Dios Todopoderoso, que me ilumine, me dé la sabiduría y la fuerza para servirles. Unidos, construiremos un Nuevo Rumbo.


¡Viva el Paraguay! ¡Que Dios bendiga a cada uno de ustedes!



¡Muchas gracias!  

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